El reencuentro del primo

Parecería que por ser ruta de reencuentro con el primo, el puto guía elegiría una ruta tranquila de charleta y jarrys... nada de eso...

Eligió dirigirnos hacía Ribatejada por detrás de Serracines y eso supone subidas y bajadas constantes. La ruta es bonita, no por ser pista desmerece en nada, eso sí, durante 40 km no paramos... ahora pa´rriba, ahora pa´bajo... ¡un sinvivir!, viendo el perfil se cuentan mas de 20 repechones a cual más largo y duro.

Aún así el primo es mas duro que acostarse con un rinoceronte que no te quiere. Lleva sin salir seis meses y ahí le tienes... sufriendo en cada cuesta, perdiéndose a cola de pelotón... pero irreductible aparece al poco para indicarnos en los cruces por dónde ir.

Buena presencia de jarrys; hasta el Azu que durante toda la semana anunció que no venía, apareció para ver a su primo. Nos faltan a última hora Quique, y Guille que está vigilando la llegada inminente de su vástago (… a la hora de escribir la crónica, recibimos con alegría la llegada de un nuevo peque-jarrys: Álvaro, Bienvenido y felicitaciones a los papás).

Pasamos buena mañana entre caminos, cazadores y la gente del grupo. Ya después del descanso y el comienzo del retorno, Azu nos abandona para volver hacía Azuqueca por Torrejón del Rey. No podía faltar el “sembrao” al que nos somete el primo cada vez que se despista, … “una ruta con el puto-guía si sembrao, no es ruta digna de él”.

Cuando ya divisábamos allá abajo, Valdeavero el primo nos hace volver, haciendo inútil el calentón que nos habíamos pegado en la subida. Nos abandonan (sabiamente” Roberto, Lobo y Ángel, que necesitan estar a tiempo en casa y con el primo, nunca se sabe.

Ya divisando Alcalá, cuesta abajo, por el camino de Fresno del Torote, los que en toda la mañana nos hemos asomado por la cabeza, comenzamos con los tirones para darnos la alegría de liderar al grupillo y tirar de él... en estás que Fulgen le quiere quitar las pegatinas a Pedrín por el lateral y sin hueco... mal asunto.... por poco caen los dos, acabando Fulgen en el sembrao, recibiendo la solidaridad del resto del grupo abandonándolo y tirando a saco hasta Alcalá.

La última gracia del día fue atravesar el Torote a la altura de Iviasa, después de atravesar el puente nuevo que la une con el Olivar... sin palabras!!!

FUERZA Y HONOR