3 ENERO , domingo, ruta desde el Parque, Puerta Verde, Crestas,
Anchuelo, Santorcaz (por trialera), Chiloeches, Azuqueca y Alcalá por carril
Bici. Distancia 65 Km. Tiempo invertido: 4h y 5’. Velocidad media 16,5 Km/h.
Desnivel 750 m. Dificultad asequible para el grupo. Jefe de ruta-guía Azu.
Concebida para disfrutar de la bici y de la buena compañía.
En verdad que con esta breve
sinapsis habría de concluirse la crónica de una ruta que estuvo de buen tiempo,
casi primaveral, y a la que fuimos los 11 inasequibles al desaliento que se
intuyen en la foto: Esteban, Azu, Atreyu, Aga, Manolo, Fulgen “number uan”, su
escudero Pedrín, Lobo, Angel, Miguel y Pepe, a los que se añadió el que hizo de
fotógrafo, nuestro buen amigo “Elficha”.
Nada importante que registrar en
toda la ruta bien planeada por Azu (contra pronóstico) en un día clave para el
futuro de Cataluña (la CUP dice no a A. Mas) y para Benítez-Quedate despedido
en olor de multitudes de Mestalla y por la puerta de atrás del Bernabeu al día
siguiente (bienvenida a Cinedin y suerte, que la va a necesitar…).
Bueno dije que nada importante
que registrar salvo alguna pequeña anecdotilla: para empezar la suerte que
necesita Zidan, le faltó a Fulgen que a las primeras de cambio, va el tío y
chasca la tija “Choni”, lo nunca visto, sin que hubiera más explicación que la
de que es muy borrico o algo parecido. Total que en el inicio justo de las
Crestas, nuestro flamante número uno, pese a los intentos de Atreyu por
mantener erecta su tija (sí he dicho su tija), se tiene que dar la vuelta:
pobre gemelos, los de Fulgen que tiene que irse a casa a poner otra tija sin
reposar (por la cuenta que le tiene…) porque no hay sillín.
Más adelante y después de llegar
a Santorcaz por la trialera de Anchuelo, donde por cierto me cuentan que Atreyu
dio con sus huesos en el lodo al intentar exhibirse con un espontaneo que
pasaba por allí, nos fuimos por los aledaños de El Pozo y notamos a un Pedrín haciendo
sus fotos de costumbre con desparpajo, pero eso sí, un poco mustio (casi tanto
como Esteban que parecía no haber tenido buena noche), quizá debido a los
excesos de jamón que ofrecieron los Marsa el día antes, o tal vez porque su inseparable se había tenido que
ausentar a poner otra tija. Debió ser esto último a juzgar por el grito de
ayuda que se le escapó cuando pinchó y paramos a reparar: un ¡¡FUUUUUUUULGENNNNNNN!!
gutural invadió la escena y se escuchó en la dehesa alcarreña, que daba miedo;
es obvio que entre ambos se cuece una hermandad con arraigo desde lo vivido en
Cazorla.
–
¡¡FUUUUULGENNNNNN!!
–
¡Qué no coño, que fulgen no está, pero no te preocupes
que luego nos buscará y saldrá a nuestro encuentro por Chiloeches o Azuqueca!
Tuvimos que repetirle el mensaje varias
veces para consolar su desgracia. Por entonces el bueno de Aga ya se había
dejado la mitad de sus fuerzas en darle aire a la rueda con una bomba
supersónica de nueva adquisición que todos deseamos que lleve en las próximas
salidas, por si las moscas, y eso que no somos para nada interesados…
Apañao el Pedrín seguimos dando
vueltas de aquí para allá por unos paisajes que a juzgar por los sonidos
lejanos de los disparos eran de cacería, como comprobaba en su piel una familia
de hermosos corzos que huían de sus matadores (que les habrán hecho los pobres).
Y finalmente después de una
bajada radical de unos pocos metros, eso sí con pie a tierra (al barro se
podría decir, incluso para Miguel, si bien seguro que le ha echado el ojo para
la próxima vez bajarla como se merece) y una subidita curiosa, nos paramos a
recuperar en un bonito pedregal soleado.
Allí entre mordisco al plátano y
trago al bidón nuestro amigo Elficha nos dio una curiosa lección aprendida de
los romanos: unos masajitos en los pies desnudos para entrarlos en calor, que
buena falta les hacía, mientras Manolo hacía lo propio impostando en la planta
del pie unos parches que proporcionan calor durante un buen rato: ¡¡la química
que les faltaba a los romanos!!
Entre tanto Atreyu y Miguel ejerciendo
de Alta Inspección, revisaron a fondo la nueva 29 Scott de Ángel que a juzgar
por su cara tan feliz mostrada a lo largo de la ruta parecía que iba sola. Solo
les faltó aquello de pasarle la espada por la testuz para nombrarle caballero,
pero con una sonrisa de oreja a oreja dieron su place a la nueva adquisición
aunque no fuese la Epic que tanto les gusta.
Lobo tenía prisa y nos dejó
camino de los Santos para ir más rápido y el destino hizo que poco después Elficha
y Angel hicieran lo mismo y no bajaran por la siguiente trialera ya que
tuvieron que acortar por razones familiares hacia Chiloeches, aunque eso sí, ya
nos lo podrían haber dicho porque cuando llegamos abajo estuvimos esperando un
buen rato creyendo que nos seguían.
Y digo cuando llegamos abajo como si tal cosa cuando en realidad, en aquella
trialera sucedieron cosas importantes. En efecto, a la mitad más o menos,
Esteban en su buen hacer de grupo, avisó que había piedras por la izquierda y
entonces Atreyu que le seguía agazapado y rodando un video, trazó su Epic por
la derecha con tan mala suerte que una rama se le cruzó y ¡zaasscas!, al suelo
que se fue de orejas.
Manolo lo vio y así lo cuenta: Atreyu
parecía conmovido y preocupado por las piedras, por si alguna se había hecho
daño cuando se les vino encima (pobres piedras, que le habrán hecho digo yo).
Pedrin como buen corresponsal dejó clara la situación con una buena foto a modo
de corresponsal de guerra.
Pero no sería esta su última
instantánea porque poco después al final de la trialera otro aun más torpe si
cabe (no digo quien para no molestar) se enganchó en las calas y en lugar de
dejar salir la Treck Fuel X 8 de la reguera que se cruzaba, se plantó de
costado contra el piso siendo contemplado en semejante indigna situación por
unas cuantos Jarrys (que no se echaron unas risas por respeto, no por falta de
ganas) y por un grupo de jinetes a caballo que se fueron pitando de allí en
cuanto se percataron de cómo se las gastaba la tropa ciclista.
En fin que las cosas no fueron a
mayores y algo renqueantes los dos accidentados y Manolo que padecía ya de un
problema en la rodilla, seguimos pa bajo. Pedrín to contento porque se llevó la
grata sorpresa de los Lagartijos que no conocía, con la que llegamos al llano, y
quizá también porque se confirmó que Fulgen el güevon nos esperaba haciendo la
trialera del rio al revés.
Y en efecto así fue, en la
trialera del rio, tenebrosa por la escasa luz que tiene, pero francamente
amigable y bonita para ser transitada en bici, nos topamos con Fulgen que con
más moral que el Alcoyano había estado dando vueltas mientras nos esperaba
porque, según confirmó él mismo, se
podría perder la ruta pero lo que no quería para nada era perderse el momento
de tomarse unas cervezas. Cosa que por cierto vinimos a disfrutar en un sitio
nuevo cerca del Marsa y donde echamos en falta a Miguel, Atreyu y Esteban que
nos tiraron para su barrio porque no andaban con ganas o tenían prisa.
Por supuesto que también nos
acordamos de los que por distintas razones, viajes incluidos, no pudieron acompañarnos
a una ruta bonita y asequible y sin incidencias resaltables.
Un abrazo y salud para todos
Pepe
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