Es grato volver a recuperar al
primo que había prometido que volvería y así lo ha hecho, pero a pesar de que
su asistencia trae a mas Jarrys perezosos, y temerosos, de las rutas de los
domingos, hoy parece que falta gente y por eso se espera un poco, para esperar a un posible rezagado.
Pero a las 09:10, salen del
parque: Miguel, Jose Luis (er primo), Azu, Esteban, Pepe, Isacio y Fulgen.
La ruta es sencilla, se hace a
ritmo de Jose Luis, tranquila y sin prisas charlando continuamente, a lo largo
de toda la ruta, cosa que en otras rutas, es imposible, por eso es de agradecer
que vengan tíos rudos como el primo, que pese a su abandono fisico, a lo largo
del verano, ha resurgido de sus cenizas como aquel pájaro inflamable (ave fenix),
y no ha defraudado lo más mínimo, no como el abuelo Prieto, que por su sordera
o por estar con una marrana graduada, exponencialmente a su peso, no escucho el
despertador (si es que lo llego a poner), aunque mediante llamada telefónica
faltando pocos minutos para terminar la ruta se disculpo por ello, aunque estas
disculpas no parecieron convencer al presi, que le puso fino, con amonestación
de sanción grave, y pago de unas cuantas jarrys (esto parece una dictadura).
Se terminan las crestas y se
encaminan hacia la trialera del cementerio de Villalvilla, dando un rodeo por
el sembrado, subiendo al cerro gordo, para bordear el alto de la Muela( Tres
Marías) para seguir subiendo por el camino de Los Heros, hasta las antenas de
Anchuelo, donde se hace el avituallamiento.
Se sigue hasta Santorcaz, donde
se encaminan hacia la trialera que baja a Anchuelo. Deciden subir Alto del
Llano desde cuatro caminos, y desde allí al Daytona, ya en el Parque Natural.
Y se culmina la salida de hoy con
unas cervecitas en el Santa Cruz, donde por unanimidad de los presentes, y por la cabeconería del presi, se decide que la cena de navidad sea el 9 de diciembre, y queda de tal forma inaplazable.
Bautista a su servicio.
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