martes, 17 de noviembre de 2015

LOS PUEBLOS NEGROS Y EL OCEJON

"El último dia de la creacción, cuando ya no quedaba mucha luz que otorgar, Dios creo los pueblos de la arquitectura negra"



     Noviembre, se acerca el invierno, así que nuestras salidas mensuales a la sierra cada vez están mas cerca de reducirse a nuestro querido Patones, donde con mal o buen tiempo nos permitirá rodar con nuestras monturas por sus senderos y trochas; pero aprovechando este otoño inusual decidimos poner rumbo a la cercana sierra del robledal bajo cobijo del pico Ocejon, el hermano mediano del rey celta que condeno a estar mirándose toda la eternidad.

     Nos juntamos los habituales en las rutas serranas, lo que viene siendo pocos si no van acompañados de un buen plato de judiones en el puerto de Navacerrada, así que esta vez fuimos Miguel Jarrys, Roberto (que siempre que puede se apunta a estas serranas), Fulgen (nuestro presidente que venció la tentación de quedarse con el resto de jarrys en una vuelta corta por Alcalá), Alcala city y Azu que fui guia por una zona que a mi personalmente me encanta perderme por sus trochas, quebradas y picachos perdidos de la marabunta de la cercana sierra madrileña.

     A las 9:00 ya estábamos los cinco en la entrada de Campillejo preparados para dar pedales, comienza la ruta por la pista que bordea las faldas del Ocejon en un claro picar para arriba pero llevadero, vamos tranquilos la mayoría sabemos lo que nos espera en la subida por el cortafuegos y las zetas, así que no hay prisa, rápido llegamos al deposito punto de inicio de la subida exigente, seguimos con ritmo tranquilo enfrentándonos a las primeras rampas, disfrutando del paisaje y de las setas (algún jarry recogio varios níscalos a casa, pena de que no viniera Pepe con su cesta); desde el primer momento Fulgen pone su ritmo y a Alcalá el suyo pero en furgón de cola, la subida es larga y vamos reagrupandonos en los cruces.

     Vemos que la subida por las zetas y las jaras esta abierta y con mejor firme que en otras ocasiones lo que facilita su escalada hasta el cruce de la senda del cartero  que viene desde Majalrrayo, aquí continuamos para arriba dirección a las Peñas Bernardas cruzándonos algún que otro senderista que se quedan mirando preguntándose que demonios se nos ha perdido por aquí con nuestras monturas; Fulgen en cabeza hasta arriba poniendo su ritmo (cada vez va mejor y desde que tiene a cebra no hay quien le tosa); antes de lo esperado coronamos a la pradera, avituallamiento, momento de fotos y contemplar toda la sierra de Madrid y el valle del Jarama; preparamos las bicis y a bajar toda la senda de cartero hasta el pueblo de MAjalrrayo, aquí Fulgen desde este momento alias morritos Jager, nos deja una nueva caída, en el paso mas fácil de la bajada pero eso si sabe elegir el sitio con una buena cantidad de expectadores (familia al completo con amigos, solo faltaba el perro y la suegra para aplaudir la recogida de setas de nuestro ángel de la guarda que nos protege de las caídas)

     Desde Majalrrayo nos queda un continuo sube y baja por sendas y trochas enlazando los distintos pueblos del  valle, recorriendo antiguas tinadas, acordandonos de aquel anuncio del todoterreno y el abuelete preguntando por el R. Madrid y sus copas de Europa;  molinos abandonados, por sendas alguna de ellas nos la encontramos mas cerrada que en la última visita, sin prisa pero sin pausa nos encontramos en Campillo desde aquí solo nos queda la última senda de subida nuevamente hasta el deposito por un jaral y bajo la mirada del siempre presente Ocejon, enlazamos con la pista del inicio y en cinco minutos estamos tomando nuestra merecida cerveza en Campillejo.











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